EL PARALÍTICO DE BETESDA
”Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo.” Sn. Juan 5:6-9.
EL PARALÍTICO DE BETESDA.
I
Había un hombre necesitado de Dios, necesitado de amor.
Postrado en el suelo, tan triste de su condición;
Paralítico y solo se vio, más la esperanza él no la perdió.
Frente a un estanque, esperaba a un ángel bajar,
Que las aguas viniera a agitar
Y era sano el que entraba en él.
¡Cuántos años estuvo esperando,
Triste y solo en aquel lugar!
Pero llegó el día glorioso
Y a lo lejos, vio a Jesús hacia él acercar.
CORO:
¡Oh! “¿Quieres ser sano?” Le preguntó.
“Señor, no tengo quien me meta,
Entre tanto que voy, otro enfermo sanó.”
“Levántate y toma tu lecho”, dice el Señor
Y al instante el hombre anduvo, pues Él le sanó.
¡Oh! ¿Quieres ser sano? Te pregunto yo hoy;
El mismo Jesús te ha visto postrado,
Sólo ábrele tu corazón.
“Levántate y toma tu lecho”, dice el Señor;
El mismo Cristo glorioso se encuentra aquí hoy.
II
¡Cuántos años has esperado,
Triste y solo en aquel lugar!
Tu esperanza en un día glorioso;
El Señor te ha mirado y hoy te puede sanar.
***
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